…Innovación… ¿Para qué?

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Para construir una Sociedad Creativa Vasca.

¿Quién no habla ya de Innovación en nuestro entorno? Nadie. Buena noticia si esto significa que se ha socializado la idea de que algo “diferente” tenemos que hacer para pasar de página y seguir desarrollando, cohesinando y democratizando nuestra Euskadi. Esto,  siempre y cuando no se convierte en mala noticia, al convertir la Innovación en fetiche y palabra de moda, sin interiorizar previamente el concepto. Luego, de la Innovación, parece ser que hemos asumido la palabra. Y, ¿el concepto? Hemos llenado las agendas empresariales, políticas, sociales e incluso culturales, con la palabra “innovación”. Pero, tal vez no nos hemos hecho la pregunta de, ¿para qué?. ¿Qué significa y que debe ser la Innovación?  Tal vez deberíamos empezar desde el principio y hacernos la pregunta al estilo del escritor norteamericano Raymond Carver, y  responder a “¿De qué hablamos cuando hablamos de Innovación?”y completarla con “¿Para qué?”.

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Parece que se asimila ya que Innovación no es únicamente Innovación Tecnológica, como se ha venido defendiendo hasta hace no mucho. Y es que la Innovación hoy en día es un valor que debemos cultivar y socializar de forma que lleguemos a impactar, provocar y movilizar a los activos humanos. Debemos llegar a actuar en espacios de interacción humana tan diversos como las organizaciones, empresas, instituciones, universidades, barrios, escuelas, pueblos, comarcas,…Y es que la Innovación es aplicable a cualquier actividad humana que tenga como fin último, que los beneficios directos o indirectos revierten al conjunto de la comunidad local (a nivel micro) y a la sociedad (a nivel macro). Así, estamos ya en la segunda generación de la Innovación, que podemos denominar como Innovación Social, que complementa a la primera generación que podríamos definir como Innovación Tecnológica. La Innovación Social busca alcanzar de manera coordinada y triangular, tres objetivos principalmente: (1) desarrollo económico sostenible, (2) cohesión social y (3) democratización de la cultura.

Todo nos hace pensar que en Euskadi hemos avanzado y alcanzado niveles de Innovación Tecnológica en convergencia con regiones europeas avanzadas. Pero, lo que nos vienen demostrando estas regiones avanzadas (vanguardias nórdicas), que ya se han convertido en referencia para numerosas políticas públicas de nuestro país; es que esta primera generación debe completarse con una segunda. Y tal vez el momento es aquí y es ahora. En este sentido, la propuesta central sería la de sugerir empezar ya a completar la primera generación de la Innovación Tecnológica (lo hard) en Euskadi, con la Innovación Social (lo soft).

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Y, ¿qué implica el empezar a pensar en Innovación Social? En aplicar la Innovación a problemas reales, cotidianos, de los ciudadanos,…en barrios, empresas, escuelas, universidades…Porque la Innovación en resumen debe responder:  (a) a cuestiones reales o futuras previsibles, (b) de manera multidisciplinar y (c) buscando la participación social y ciudadana. Dicho de otra forma, básicamente la Innovación Social, debe buscar crear lo que se denomina, Ecosistemas Creativos. Si me permiten la metáfora, “Bees (abejas) por una parte y Trees (árboles) por otra, al servicio del Ecosistema”. Es decir, Emprendedores/Creadores/Innovadores por una parte y Universidades/Instituciones/Empresas por otra, al servicio de la Comunidad Local.

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Y ¿dónde y sobre qué actuar? Principalmente dando nuevas respuestas a retos y problemáticas que provienen de causas de cualquier índole social, que en nuestro caso podrían ser, por ejemplo: Y vasca, cambio climático, normalización política, inmigración y diversidad cultural, del bilingüismo al multilingüismo, de identidades únicas a múltiples, envejecimiento demográfico, ordenación del territorio y diseños urbanos, nuevas actividades empresariales,…

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Debido a que no sería conveniente desde ninguna perspectiva, el ser ajenos a señales que nos manda la sociedad y que nos muestra que la Euskadi actual puede presentar una imagen muy diferente en unos pocos años. En resumen podemos decir, que desde la perspectiva de la Innovación, este nuevo escenario se va a caracterizar en síntesis por la creciente importancia que las tres Ts van a adoptar en el devenir de la misma: Hablamos de la T de Talento, T de Tolerancia y T de Tecnología. Tres factores contribuyen a entender Euskadi como una Sociedad Creativa Vasca. Pero en este devenir, ¿cuál podría ser un decálogo o mapa de ruta para ir vertebrando esa Sociedad Creativa Vasca? Diez posibles ideas-fuerza: (1) Completar lo Hard con lo Soft (dicho de otra forma; abandonar la preocupación -casi exclusiva- por la ordenacion del territorio y la arquitectura, a favor de aproximaciones transdisciplinares centradas en lo social); (2) Realizar un equilibrio entre lo Rural y lo Urbano; (3) Aprovechar la Inmigración como una oportunidad para la diversidad cultural y la multiculturalidad; (4) Ser conscientes de la importancia de las identidades locales como la nuestra en un mapa global (glocalización); (5) Buscar sinergias entre los tres tipos de Creatividad  (Económica, Tecnológica y Artística); (6) Buscar en la Tecnología la mejor aliada; (7) Favorecer los procesos de participación ciudadana a cualquier nivel y para cualquier tipo de decisión; (8) Tener especial atención en las nuevas generaciones  (Generación Y) como sujetos activos de esta Sociedad Creativa; (9) Concederle una gran importancia al urbanismo como mecanismo para la ordenación de la vida social y pública; (10) Ser conscientes de que las experiencias y las emociones están en el centro de toda interacción humana (hablamos ya de la Economía de la Experiencia).  Estas serían las diez ideas-fuerza para empezar a poder hablar de un nuevo escenario que denominaríamos Sociedad Creativa, en la que Euskadi está en una fase incipiente. (Ver: http://www.lasociedadcreativa.org)

En definitiva, si Innovación ha llegado a todas las agendas institucionales, políticas, empresariales, sociales y culturales del país, estamos en el momento idóneo para que también llegue a la vida de los vascos/as. La Innovación no puede ser un mero discurso si no se convierte en una práctica y una manera de vertebrar país. Es así, responsabilidad de instituciones y organizaciones, canalizar y favorecer (cultivando y socializando) que la creatividad esté en el centro de la vida de las personas, de forma que esto revierta en crear una sociedad con unos niveles elevados de desarrollo, integración, diversidad e igualdad. Y esto tal vez se acerque más al concepto y a la esencia última de lo que Innovación debería significar para todos nosotros. ¿No?

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(Artículo publicado en Diario Noticias de Gipuzkoa).

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