Innovación y Capital Creativo en la Euskal Hiria

«Todas las previsiones de la economía vasca, apuntan hacia una pérdida paulatina del peso relativo de las actividades manufactureras e industriales en contraposición a las englobadas en el sector servicios»

En la actualidad, todos los análisis que intentan vislumbrar el futuro económico y social de nuestro país coinciden en añadir el deseo de que el mismo se desarrolle por la senda de la «innovación». Y es que parece no haber otro camino para un país como el nuestro que ha demostrado en numerosas ocasiones del pasado, su capacidad de adaptación al cambio: dando una respuesta adecuada en la época de las fuertes reconversiones industriales y a la vez consolidando grupos empresariales punteros y únicos de referencia mundial, como es el caso del cooperativo.Ahora bien, en el presente, todo indica que es imprescindible acertar otra vez. Y la realidad parece ser un tanto distinta. La sociedad y economía vasca transita de un estadio industrial a otro post-industrial. En definitiva, el reto estriba en alinear y empezar a dar los primeros pasos como sociedad y economía creativa, en un contexto europeo donde debemos realizar una vigilancia constante a los países nórdicos avanzados (Finlandia, Suecia, Islandia, incluiría Irlanda) como modelos paradigmáticos y realidades referenciales que conjugan adecuadamente los tres ejes vertebradores necesarios de la etapa creativa: el desarrollo económico sostenible, la cohesión social y la democratización de la cultura.Dicho de otra forma, nuestro verdadero reto sería vertebrar la (tal vez no tan futura) «Euskal Hiria» o «Ciudad Red Creativa Vasca del s. XXI».

Pero hoy en día, ¿cuál es el reverso de la moneda? En contraposición a «Innovación», la palabra maldita parece no ser otra que la tal mentada «deslocalización». Es así que, el desmantelamiento de actividades productivas para su posterior traslado a otros lugares más baratos además del impacto directo en la pérdida de empleos locales, genera recelo, miedo e incertidumbre. Todas las previsiones de la economía vasca, apuntan hacia una pérdida paulatina del peso relativo de las actividades manufactureras e industriales en contraposición a actividades englobadas en el sector servicios. En este sentido, la apuesta decidida por potenciar los sectores económicos emergentes parece ser la respuesta adecuada. Actuaciones en materia de incremento del gasto en I+D, promoción de sectores científico-tecnológicos (biotecnologías, audiovisual, ), inversión en infraestructuras para la innovación (parques empresariales, polos de innovación, ), reducción del desempleo (precariedad todavía sigue siendo la asignatura pendiente), etc. son algunas de las medidas que facilitan la transición hacia la sociedad y economía creativa.

No obstante, si bien estas medidas son necesarias en las fases incipientes de la economía creativa en la que Euskadi se encuentra actualmente, debemos indicar que para las fases de desarrollo posteriores resultan por sí mismas insuficientes. La capacidad para innovar y crear no reside únicamente en las infraestructuras y en lo tangible. La Innovación requiere cultivar poco a poco en todas las esferas de la sociedad una sólida Cultura Innovadora. En suma, debemos cultivar y consolidar el Capital Creativo de nuestra sociedad en su conjunto.

La creatividad y la innovación se han convertido en las fuerzas impulsoras de las sociedades y economías avanzadas de la UE. En este mundo globalizado nuestro futuro se apoya en nuestra capacidad de crear. Por lo tanto, las sociedades necesitan consolidar su Capital Creativo. El Capital Creativo se puede definir como los activos combinados de la sociedad que permiten y estimulan a sus personas, grupos, organizaciones, empresas, instituciones, universidades y territorios a ser innovadores y creativos.

Por lo tanto, frente a las inminentes amenazas que la deslocalización encarna para el tejido económico-social de nuestro país, la propuesta central sería la de poder visionar oportunidades que se sustenten en el Capital Creativo (a modo de nuevos sectores emergentes, nuevos negocios y nuevas ocupaciones) para lograr así un verdadero eje de desarrollo sostenible en lo económico, social y cultural, que tenga como objetivo final, hacer de la Innovación una forma de saber hacer/ser/disponer/gobernar como país.

Hoy en día, la creatividad como actividad humana está presente en cualquier ámbito. Como apunta José Antonio Marina, la creatividad tecnológica, científica, empresarial, artística y cultural, se presentan con diferente formato pero el proceso creativo de todos ellos tiene una raíz y origen común. Así una sociedad que sepa poner en valor las diversas nuevas combinaciones de la (a) creativad económica, (b) científico-tecnológica y (c) artístico-cultural, estará cultivando y beneficiándose de su propio Capital Creativo. Generando así, un habitat adecuado para la emergencia de los agentes activos de la Innovación, que no son otros que los Emprendedores, los Innovadores y los Creadores. Por lo tanto, el papel y rol principal de las instituciones, universidades y empresas, en este nueva coyuntura debe ser claramente proactiva en atraer, retener, movilizar, activar, catalizar, promocionar a los agentes activos de la Innovación. Sólo así cultivaremos y consolidaremos un Capital Creativo propio como país. Debemos diseñar así políticas y medidas de actuación para la facilitación de una Cultura Innovadora en todos los ámbitos de la sociedad: Juventud, Educación, Promoción Económica, Empleo, Cultura, Turismo, Hacienda,

En este sentido, el Palacio Miramar y los Cursos de Verano de la UPV se nos presentan como un marco incomparable para reflexionar sobre estas medidas de actuación dentro de la Escuela de Verano sobre Capital Creativo (www.elcapitalcreativo.org) que se va a celebrar los días 6, 7 y 8 Julio en Donostia-San Sebastián. En el mismo intervendrán expertos internacionales como Geoff Mulgan (Asesor de Tony Blair en Innovación), Agust Einarsson (Islandia) y Simon Evans (Reino Unido); y locales como Andoni Aduriz (Mugaritz), Juan Diego (EiTB), Joxean Muñoz (Tabacalera), Imanol Agote (Cultura de la Diputación Foral de Gipuzkoa), Iñaki Etxaniz (Angulas Aguinaga).

Tal vez este sea el verdadero momento, aprovechando que todos los vientos soplan a favor, para situar a nuestro país en un nuevo escenario al comienzo de una nueva etapa. Me estoy refiriendo también, a la esperanzadora coyuntura de pacificación y normalización que se nos presenta como uno de los mayores activos, para que pasemos a canalizar adecuadamente toda nuestra energía (malgastada en un «laberinto enredado» durante mucho tiempo) y sea utilizada para la vertebración de un país que aproveche todo su potencial creativo interno en clave positiva.

Para pasar de la Euskadi que ha sido a la «Euskal Hiria» (que Bernardo Atxaga insinuó y tal vez no sea tan futura) que propongo sea entendida como «Ciudad Red Creativa Vasca del s. XXI». Un país, en forma de gran ciudad conectada que pueda reinventarse así misma siendo por una parte, ciudad/país vanguardista, moderna, urbana, abierta, diversa, a la vez que tradicional, con una identidad auténtica, única, diferente y propia.

En definitiva, «Euskal Hiria» como un país abierto y conectado al mundo a la vez que consciente y coherente con su personalidad milenaria y original.

Este artículo fue publicado en los siguientes medios:

No Comments

Sorry, the comment form is closed at this time.